Estrategias de aprendizaje en estudiantes de Secundaria:
relación con el rendimiento académico y las actitudes hacia el aprendizaje
12 de julio de 2014
Revelar las estrategias de aprendizaje más efectivas es crucial para fomentar el éxito académico y el bienestar de los estudiantes. En los últimos años, un creciente cuerpo de investigación básica y aplicada sobre las acciones y circunstancias que promueven un aprendizaje duradero y transferible ha identificado estrategias de aprendizaje prometedoras que pueden ayudar a los estudiantes a alcanzar sus objetivos académicos y lograr aprendizajes de mayor calidad. También se han identificado algunas estrategias ampliamente populares que no cuentan con el apoyo de la investigación. En este sentido, investigaciones previas ya habían analizado las estrategias de estudio empleadas por los estudiantes universitarios y su relación con el rendimiento académico.
El estudio que se presenta, impulsado por la ISTF y realizado en colaboración con investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y la Universidad de Granada (UGR), amplía esta investigación examinando una muestra muy grande y diversa de estudiantes de Secundaria, y destaca las técnicas que utilizan habitualmente y cómo están relacionadas con sus calificaciones escolares. ¿Los estudiantes con mejores resultados utilizan estrategias de aprendizaje respaldadas por la investigación cognitiva? El estudio también analiza cómo diversas actitudes y creencias sobre el aprendizaje están asociadas con el uso de estas estrategias de estudio específicas. ¿Los alumnos que utilizan estrategias de estudio efectivas se sienten más confiados y experimentan menos ansiedad ante los exámenes? ¿Están motivados por un deseo de aprendizaje profundo o simplemente por obtener buenas notas?
Hallazgos clave del estudio
Estrategias de elaboración y evocación: Las estrategias que implican un grado más elevado de elaboración cognitiva, consistente en tratar de dar significado a lo que se aprende (comprender), y la práctica de la evocación, que implica recuperar de la memoria lo que se ha aprendido, como en una autoevaluación, mostraron una correlación positiva con los resultados académicos. Curiosamente, a pesar de su eficacia superior, estas técnicas eran menos utilizadas por los estudiantes, comparadas con otras más pasivas.
Ineficacia de las estrategias de baja elaboración: Contrariamente a las expectativas de muchos educadores y estudiantes, estrategias como la memorización literal, releer varias veces, copiar textos o subrayar no mostraron ninguna asociación significativa con los resultados obtenidos. Se sabe que estas prácticas, de hecho, no parecen contribuir sustancialmente a un aprendizaje duradero y transferible, aunque sean muy populares.
Una curiosidad: el estudio encontró una alta correlación entre «subrayar-copiar» y «hacer resúmenes», lo que sugiere que muchos alumnos hacen resúmenes copiando lo que han subrayado en lugar de parafraseando. Este hecho reduciría la eficacia de resumir como estrategia de aprendizaje.
Práctica espaciada: Uno de los resultados más sorprendentes fue la falta de correlación entre las calificaciones y la práctica espaciada (estudiar de manera distribuida en el tiempo, en lugar de concentrarlo todo en un período corto, normalmente justo antes del examen). Aunque más de un siglo de investigación ha corroborado que espaciar es una de las mejores maneras de lograr aprendizajes duraderos y transferibles, esto no se vio reflejado en los resultados académicos del alumnado de ESO. El motivo podría ser que los métodos de evaluación más habituales (de los cuales salen las notas) no permiten identificar los beneficios a largo plazo de esta estrategia. Es decir, la forma más común de evaluar permitiría al alumnado tener éxito estudiando a último momento, a pesar de que el aprendizaje fuera de corto plazo. Esto constataría que el aprendizaje y las notas no siempre van juntos, en especial si la forma de evaluar no es la más oportuna para identificar la durabilidad y la capacidad de transferencia de lo aprendido.
Relación con la motivación y la ansiedad: Como dato interesante, el estudio observó que los estudiantes que muestran más motivación por aprender (no solo por obtener buenas notas) tienden a adoptar la práctica espaciada más frecuentemente. Además, una correlación negativa entre la práctica espaciada y la ansiedad ante los exámenes sugiere que esta estrategia podría actuar como un factor protector.
Asociaciones positivas con la autoeficacia: Los resultados del estudio también han revelado que las estrategias de elaboración y evocación no solo influyen positivamente en los resultados académicos, sino que también están fuertemente asociadas con la autoeficacia de los estudiantes. Es decir, los estudiantes que aplican estas estrategias tienden a tener una mayor confianza en su capacidad para aprender y superar los desafíos académicos. Dado que las buenas estrategias contribuyen a obtener mejores resultados, es posible que dichos resultados ayuden a mejorar la confianza de los estudiantes en su capacidad.
Gestión del entorno de aprendizaje: Además, el estudio encontró que las estrategias que implican la gestión del entorno de aprendizaje para minimizar las distracciones están correlacionadas positivamente con los resultados académicos. Es decir, el alumnado que procura eliminar las posibles distracciones de su entorno cuando estudia obtendría mejores resultados. Como curiosidad, el hábito de estudiar con música de fondo mostró una correlación negativa con los resultados obtenidos. Todo esto encaja con el hecho de que, según la teoría de la carga cognitiva, añadir estímulos superfluos a la tarea de estudio reduce su efectividad. Evidentemente, también se puede explicar porque el alumnado que está menos motivado para estudiar (probablemente por un pasado de bajo rendimiento) trata de pasar el rato poniendo música mientras estudia.
Aprender a aprender: Finalmente, el 78% de los estudiantes declararon no haber recibido nunca indicaciones sobre cómo estudiar. Como ya lamentaba Donald Norman en 1980: «Es curioso que esperemos que los estudiantes aprendan y, sin embargo, no les enseñemos nada sobre el aprendizaje».
Conclusiones y recomendaciones
Estos resultados subrayan la importancia de adoptar estrategias de aprendizaje informadas por la evidencia, que promueven aprendizajes de mayor calidad e incluso mejores resultados académicos. También destacan la necesidad de revisar los métodos de evaluación para garantizar que reflejan adecuadamente las capacidades de los estudiantes e incentivan la adopción de técnicas de aprendizaje efectivas.
La conclusión de este estudio ofrece una visión crítica sobre cómo las estrategias de aprendizaje seleccionadas por los estudiantes pueden influir en sus resultados académicos y, más importante aún, en su desarrollo como aprendices autónomos y eficaces. Así, se hace un llamado a los educadores para fomentar la enseñanza de técnicas de estudio efectivas y proporcionar a los estudiantes herramientas para gestionar mejor su propio aprendizaje.
El artículo científico original sobre este estudio, con todos los detalles y referencias, se puede encontrar en acceso abierto aquí.
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CONSULTA LA NOTICIA EN LA PRENSA
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- El Diario.es: El 80% de los alumnos reconoce que nadie les ha enseñado a estudiar y la mayoría todavía usa técnicas poco útiles por Pau Rodríguez.
- Diaro16+: Técnicas de estudio: el secreto del éxito escolar en secundaria por Agustín Millán.
- El Plural: ¿Subrayar y reescribir mejora el aprendizaje? Una investigación sobre técnicas de estudio no lo cree por Cynthia Coiduras.
- Informativos Telecinco: Descubren las técnicas de estudio que mejor funcionan entre adolescentes: releer y subrayar no sirven por Candela Hornero.
- El Debate: Subrayar y releer no es una buena técnica de estudio, aunque sea la mayoritaria entre los estudiantes por Amparo Castelló.
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