Influencia de los neuromitos en el entorno educativo

Los neuromitos educativos serían aquellas simplificaciones, malentendidos o interpretaciones erróneas de los hallazgos científicos sobre el cerebro que se han aplicado para describir procesos específicos del aprendizaje y la enseñanza. Estos conceptos erróneos se basan a menudo en ideas intuitivas o ingenuas sobre cómo funciona el cerebro y suelen ser producto de distorsiones potenciadas involuntariamente por el sesgo de confirmación de las personas.

Influencia de los neuromitos en el entorno educativo.

 

El término es atribuido a Alan Crockard, quien lo acuñó en la década de 1980 para referirse a las ideas no científicas sobre el cerebro en la cultura médica. Aplicado al campo educativo, estas concepciones infundadas llevan a los docentes a realizar prácticas que no están probadas científicamente, e incluso pueden ser contraproducentes para el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Varios estudios han revelado una alta prevalencia de neuromitos educativos entre profesores de diferentes países. Teniendo en cuenta los resultados de dichas investigaciones, un equipo de la Universidad Autónoma de Madrid y la International Science Teaching Foundation plantearon dos preguntas fundamentales a través de su estudio ‘Neuromitos en el entorno educativo’

  1. ¿Cuáles son los más extendidos entre los docentes de las escuelas catalanas? 
  2. ¿Puede un curso de formación reducir estas concepciones erróneas entre los docentes?

Los resultados del estudio fueron publicados el pasado mes de noviembre en la revista Trends in Neuroscience and Education.

Neuromitos en el entorno educativo

807 docentes de Primaria y Secundaria de 203 centros educativos de Cataluña han colaborado en esta investigación liderada por el neurobiólogo Héctor Ruiz Martín, director de la ISTF y especialista en psicología cognitiva del aprendizaje.

La investigación ha revelado cuáles son los neuromitos más prevalentes en la muestra de docentes catalanes y concluye que formar a los profesionales de la educación en activo en cuestiones de neurociencia mejora su capacidad de discernir informaciones distorsionadas sobre cómo aprendemos.

Tras la primera encuesta, los docentes participaron en un curso en línea de 15 horas sobre neurociencia, y después volvieron a responder la encuesta sobre los neuromitos, a corto y largo plazo. Los resultados muestran que, una vez han recibido la formación correspondiente, los docentes incrementan sus respuestas correctas. Sin embargo, cuando el test se repite meses más tarde, vuelven a aparecer algunas de estas creencias, pero no en los niveles de la prueba anterior a la formación.

Ideas intuitivas

La mayor parte de los neuromitos se basan en ideas intuitivas, de sentido común. Esta característica les proporciona cierto aire de verosimilitud y los hace difíciles de erradicar, incluso cuando la ciencia presenta evidencias en sentido contrario. En este caso, la información científica provoca una disonancia cognitiva que puede conducir a rechazar dicha información, por el fenómeno conocido como sesgo de confirmación.

El estudio advierte sobre la circulación de muchas concepciones erróneas sobre cómo funciona el cerebro, debido a que durante años la psicología y la neurociencia del aprendizaje han avanzado de forma ajena a la actividad de la comunidad educativa. En este sentido, Héctor Ruiz Martín también alerta de que los años de experiencia no protegen a los docentes contra los neuromitos.

Los neuromitos

Los cuatro neuromitos, catalogados por la OCDE como tales, con mayor prevalencia según este estudio fueron: 

  1. «Los entornos que son ricos en estímulos mejoran el cerebro de los niños en edad pre-escolar.» (90,0% de respuestas incorrectas); 
  2. «Las personas aprenden mejor cuando reciben la información en su estilo de aprendizaje preferente (auditivo, visual, kinestésico…).» (82,8%); 
  3. «La integración funcional de los hemisferios derecho e izquierdo puede mejorarse mediante determinados ejercicios de coordinación.» (82,7%);
  4. «Los ejercicios de coordinación perceptivo-motriz pueden mejorar las habilidades académicas de los alumnos.» (82,4%).

Otros, no identificados por la OCDE como “Los niños aprenden a leer de manera más eficaz si realizan ejercicios de coordinación perceptivo-motriz” también presentaban prevalencias muy elevadas.

Por otro lado, otros neuromitos como «los problemas de aprendizaje asociados a las diferencias de desarrollo en la función cerebral no pueden ser remediados por la educación», o «los niños deben adquirir su lengua materna antes de aprender una segunda lengua», o «hay períodos críticos en la infancia después de los cuales ya no se pueden aprender ciertas cosas», fueron detectados en la mayoría de los casos.

También hay espacio para la duda en el territorio de los neuromitos, debido precisamente a la apariencia de verosimilitud que los envuelve. El neuromito que recibió más respuestas de <no sé> fue «se ha demostrado científicamente que los suplementos de ácidos grasos (omega-3 y omega-6) tienen un efecto positivo en el rendimiento académico» con un 49,3% de docentes que admitían desconocer la respuesta correcta.


ESCRITO POR
El equipo de la ISTF

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